Alimentos para dormir mejor
13/11/2024
31/05/2021
Hoy se celebra el Día Mundial sin Tabaco, fecha que estableció la OMS para luchar contra el tabaquismo y sus efectos letales. Este año la campaña se centra en la evidencia de que los fumadores tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedad severa con covid-19 que los no fumadores.
Aunque el tabaco tiene un efecto directo en diversas patologías oculares, aprovechamos este día para hacer hincapié en su repercusión en una enfermedad que está muy de relieve debido a la pandemia por covid-19, el ojo seco.
Las situaciones de confinamiento han incrementado nuestro tiempo de exposición a las pantallas y nuestros pacientes se quejan de molestias como sensación de sequedad e irritación, quemazón, picor…, todas ellas síntomas del ojo seco. Esta sintomatología se puede atribuir a la poca frecuencia de parpadeo a causa de la fijación visual en las pantallas que provoca que las lágrimas se evaporen rápidamente y disminuya la lubricación de los ojos.
Si a esta sobreexposición a las pantallas añadimos el tabaco, los síntomas empeoran significativamente. Numerosos estudios avalan la relación directa entre el tabaco y el riesgo de padecer ojo seco o de empeorar sus síntomas. Además, los fumadores pasivos también se ven afectados por el humo, sobre todo los usuarios de lentes de contacto.
El ojo seco es una enfermedad crónica que no tiene una cura definitiva. El tratamiento va encaminado a evitar y curar las posibles lesiones de la superficie ocular causadas por la sequedad, y a paliar los síntomas. Unos de los factores que empeoran la enfermedad es estar expuesto a ambientes con humo.
Para el abuso de las pantallas recomendamos, si no se puede evitar el uso continuado del ordenador durante muchas horas, parpadear frecuentemente y descansar 5 minutos cada hora.
Nos sumamos a la iniciativa de la OMS y animamos a los fumadores a que se comprometan a dejar hoy el tabaco. También les recordamos que deben someterse más frecuentemente a controles oculares puesto que el tabaco tiene una repercusión directa en diversas patologías oftalmológicas como las cataratas, la degeneración macular asociada a la edad, la retinopatía diabética…, además del ojo seco.