07/05/2019

Nuestros ojos necesitan alimento, utilizan nutrientes para la obtención de energía y para mantener su compleja estructura y función. Esto es parte de la homeostasis, o equilibrio ambiental que el cuerpo humano mantiene para su normal funcionamiento.

¿Qué sucede si el ojo es mal alimentado?

¿Qué sucede en casos de malnutrición?. La malnutrición es más frecuente de lo que puede parecer a priori: nos encontramos principalmente la obesidad, pero también enfermedades del intestino, etc.

La obesidad y su tratamiento

La obesidad es una pandemia: según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1975 se ha triplicado en todo el mundo. Y dadas sus consecuencias para la salud, su tratamiento es a veces agresivo: cada vez son más los pacientes tratados de su obesidad mediante operaciones (la cirugía bariátrica).

Efectos adversos de la cirugía bariátrica

Este tratamiento presenta potenciales efectos adversos debidos a la malabsorción y disminución de la ingesta que provoca un riesgo de deficiencia de micronutrientes que son indispensables para el normal funcionamiento del organismo.

Las deficiencias más frecuentes son la de hierro, ácido fólico y vitamina B12, y las dietas de estos pacientes son a menudo suplementadas con hierro y vitaminas. Pero las grandes olvidadas son las vitaminas liposolubles (A, E, D, K). Sus déficits son mucho menos frecuentes, y por ello menos vistos en la clínica.

Vitamina A

La vitamina A (retinol) es indispensable para que las células fotorreceptoras de la retina fabriquen los pigmentos que absorben la luz. El déficit de vitamina A genera nictalopía —ceguera nocturna, como síntoma más frecuente.

De hecho, ya en el antiguo Egipto se describió su mejoría con el tratamiento dietético con hígado (rico en vitamina A). El déficit de vitamina A afecta además a la superficie ocular: el retinol contribuye a la diferenciación de las células, y pueden aparecer diferentes trastornos de la superficie ocular: sequedad conjuntival y corneal, y queratomalacia.

Vitamina E

La deficiencia de vitamina E (tocoferol), cuya función es antioxidante (minimiza los trastornos de “desgaste” del metabolismo del cuerpo) puede causar trastornos neuromusculares: ataxia, hiporreflexia, pérdida de sensibilidad, oftalmoplejía (parálisis de la movilidad ocular) y retinopatía.

Prevención

La prevención es la clave en estos pacientes en los que provocamos una “malabsorción adquirida” para curar su obesidad. Con los suplementos de estos micronutrientes, y alertas de las revisiones oftalmológicas pertinentes, podremos prevenir, y si es preciso diagnosticar y curar, los trastornos derivados de la deficiente nutrición.

Dr. Ramón Rey

Medicina Interna

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