Controles oftalmológicos

09/08/2023

La miopía es un trastorno visual muy común que afecta a una gran cantidad de personas en todo el mundo. Es una alteración de la refracción que ocasiona dificultad para ver nítidamente objetos lejanos.

En la mayoría de los casos, aparece porque el ojo es más largo de lo normal pero también se puede producir por un aumento de la curvatura de la córnea (como en el queratocono), o por un aumento del índice de refracción del cristalino (como ocurre en las cataratas, por ejemplo). Esto hace que los rayos de luz se enfoquen por delante de la retina y no sobre ella.

La miopía suele manifestarse durante la infancia o la adolescencia, y puede empeorar gradualmente con el tiempo sobre todo con el pico de crecimiento en la adolescencia. Los síntomas incluyen dolores de cabeza, fatiga ocular y dificultad para ver objetos distantes. En los niños se manifiesta con la dificultad de ver bien la pizarra, la costumbre de sostener libros muy cerca al leer y de acercarse mucho a las pantallas, síntomas que pueden incluso acompañarse de un rendimiento escolar bajo.

El tratamiento de la miopía debe individualizarse en cada caso y, aunque no se cura, se puede corregir o frenar mediante:

Corrección con gafas y/o lentillas

Es la forma más simple de corregir la miopía. Actualmente, en niños con miopías progresivas o antecedentes familiares de miopía alta, según el criterio del oftalmólogo se pueden recomendar unas gafas o lentillas llamadas de desenfoque periférico para frenar la progresión de la misma.

Cirugía refractiva corneal con láser

Técnica LASIK, PRK y SMILE. Son las técnicas más utilizadas en la operación de miopía por su probada seguridad y eficacia. Actúan cambiando la curvatura de la córnea para focalizar los rayos de luz sobre la retina.

Lentes intraoculares

En casos seleccionados existen otras técnicas quirúrgicas como son el implante de lentes intraoculares fáquicas (sin quitar el cristalino) o la extracción del cristalino implantando una lente intraocular.

La miopía puede aumentar el riesgo de padecer otras enfermedades oculares, como el glaucoma, las cataratas o el desprendimiento de retina, entre otras. Por ello, es fundamental mantener una buena salud ocular y realizar controles oftalmológicos periódicos para detectar cualquier problema a tiempo.

Dra. Paola Sauvageot, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer

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