Patologías oculares asociadas al SIDA
29/11/2024
26/11/2024
Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona (2005), se especializó en Oftalmología en el Hospital Universitario de Bellvitge (2010). Combina su labor asistencial con la docencia, y es tutora de residentes y profesora asociada en la Universitat Autònoma de Barcelona en el Campus Hospital Universitari Germans Trias i Pujol. En 2023 se incorporó al equipo del Centro de Oftalmología Barraquer.
¿Qué te llevó a estudiar Medicina y a especializarte en Oftalmología?
En casa tuve muchos referentes médicos y ya des de pequeña tenía claro que quería ser médico; la oftalmología me interesó durante la carrera por diferentes motivos: primero, por ser una especialidad médico-quirúrgica: tenía claro que quería operar, estar en quirófano; segundo, por tener mucho contacto con el paciente; y por último, por ser una especialidad muy resolutiva y en la que tienes mucha autonomía.
¿Por qué te has dedicado a la oftalmología pediátrica?
De residente mi primera rotación fue en el hospital San Joan de Déu de Barcelona y me encantó el trato con los niños y el hecho que la subespecialidad es muy variada pues tratamos prácticamente todas las patologías oculares que presentan los niños, como son los estrabismos, la ambliopía, la patología de la vía lagrimal, las cataratas infantiles y todas aquellas patologías que afectan des de la superficie ocular hasta la retina y el nervio óptico.
Estoy encantada de haberme dedicado a la pediatría porque me apasiona tratar con niños: son muy buenos pacientes al contrario de lo que suele pensarse, son divertidos, ocurrentes, listísimos, con mucha personalidad a pesar de la corta edad y te sorprenden cada día; y a la vez es muy gratificante poder ayudarlos en todo lo que esté en nuestras manos.
¿Cómo es tu día a día? ¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Me levanto pronto, sobre las 6:30, preparo desayunos, llevo los niños al colegio y empiezo a trabajar a las 8:00 hasta las 14:00-15:00; 3 días a la semana trabajo también por la tarde hasta las 19.00-20.00. La jornada laboral es muy intensa pues visitamos a muchos pacientes cada hora, pero a la vez es estimulante, divertido, gratificante y aprendo cada día. En una misma semana, tengo días solo de consulta y otros días de quirófano. Lo que más me gusta de mi profesión es el trato con mis pacientes y operar.
¿Cuáles son los problemas oculares más comunes que ves en los niños?
Los problemas refractivos, es decir, la necesidad de usar gafas por hipermetropía, miopía o astigmatismo, el ojo vago, los estrabismos y las conjuntivitis alérgicas.
¿Qué técnicas utilizas para que los niños se sientan cómodos durante la consulta?
A los bebés para explorarlos utilizo siempre peluches y juguetes varios, les hablo con un tono de voz suave y sin hacer movimientos bruscos. En niños más mayores me dirijo directamente a ellos para explicarles lo que vamos a hacer a continuación y actúo con tranquilidad y amabilidad para transmitirles confianza y seguridad. ¡Te sorprendes de lo mucho que colaboran la mayoría de los niños!
¿Cuáles son los avances más emocionantes en tu área de especialización en los últimos años?
La oftalmología ha avanzado de forma exponencial en las últimas décadas, principalmente la cirugía, pero también los tratamientos para algunas patologías.
A nivel pediátrico, desde hace algunos años estamos tratando la progresión de la miopía con el colirio de atropina, entre otras medidas ópticas y conductuales, con muy buenos resultados; pero lo más emocionante en los últimos 2-3 años ha sido la implementación de la terapia génica en algunas patologías graves retinianas como son las distrofias retinianas, consiguiendo frenar la enfermedad y en muchos casos mejorando la visión de estos pacientes, tanto niños como adultos.
¿Crees que el uso prolongado de pantallas en la infancia está afectando la salud visual de las nuevas generaciones? ¿Cómo se puede prevenir o mitigar?
Por supuesto, actualmente existe evidencia científica de que el aumento del trabajo de cerca y la disminución del tiempo que pasan nuestros niños y adolescentes al aire libre contribuyen a la aparición de la miopía y a acelerar su progresión.
Además el uso continuado de las pantallas puede provocar síntomas oftalmológicos como son la astenopia (cansancio ocular) y sequedad ocular, además de problemas mucho más graves de concentración, aprendizaje, trastornos conductuales y del neurodesarrollo.
Para la prevención de la miopía lo más importante es tener unos buenos hábitos visuales, pero en los últimos años han aparecido tratamientos farmacológicos y ópticos que han demostrado ser muy eficaces para disminuir la progresión.
Los hábitos visuales aconsejables son:
1) aumento del tiempo al aire libre: 10-15 horas a la semana, 2 horas al día.
2) reducción del tiempo en pantallas: evitar en niños menores de 2 años, limitar 1 hora al día en edad preescolar y en mayores de 6 años, menos de 2 horas al día.
3) aumentar la distancia con la pantalla que se resume en la regla 30-40-50: móviles a 30 cm, tablet a 40 cm y ordenadores a 50 cm.
4) relajar la acomodación con la regla 20-20-20: cada 20 minutos de trabajo de cerca, descansar 20 segundos mirando un objeto a 20 pies de distancia (6 metros).
Por medidas ópticas nos referimos a unos cristales de desenfoque periférico (tanto en gafas como en lentes de contacto) que se encargan en la óptica en el momento de hacer las gafas. Por último, el tratamiento farmacológico consiste en un colirio que se llama atropina, que frena la elongación del globo ocular disminuyendo la progresión de la miopía en un 50-60 %, siendo muy bien tolerado por los niños y sin efectos secundarios remarcables.
Participaste con la Fundación Barraqueren colaboración con la Fundación Sonrisas de Bombay en una expedición de una semana de revisiones oftalmológicas en Bangladesh ¿qué aprendizajes te llevas de esta experiencia?
Fue una experiencia inolvidable, trabajamos codo a codo con el personal local de la ONG Sonrisas de Bombay, personas maravillosas todo hospitalidad, amabilidad, que realizan una labor impresionante, tan útil y necesaria en este país. De la gente de la India me llevo la dignidad, la sonrisa, la alegría y la felicidad que transmiten a pesar de las dificultades de su día a día y de vivir en la pobreza más extrema.
Con un trabajo tan absorbente ¿qué haces para desconectar?
Leer, caminar por la montaña, ir al cine, a cenar… y ¡estar con mi familia y amigos!