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27/11/2024
29/11/2024
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), causado por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), ha tenido un impacto significativo en diversos sistemas del cuerpo humano, incluyendo los ojos. Los pacientes que viven con VIH/SIDA pueden desarrollar una variedad de complicaciones oculares que afectan a su visión y, en casos graves, pueden llevar a la ceguera. Estas complicaciones derivan principalmente del debilitamiento del sistema inmunológico, que deja al cuerpo vulnerable a infecciones oportunistas y enfermedades que, en personas con un sistema inmunitario sano, no se manifestarían.
Complicaciones oculares en pacientes con SIDA
Una de las afecciones oculares más comunes en personas con SIDA es la retinitis por citomegalovirus (CMV). Ésta es un tipo de infección viral que afecta a la retina, la capa sensible a la luz situada en la parte posterior del ojo. La retinitis por CMV solía ser una de las principales causas de ceguera en personas con VIH/SIDA antes de la introducción de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA). La infección por CMV ocurre debido a que el sistema inmunológico, debilitado por el VIH, no puede controlar el virus latente en el cuerpo, permitiendo que se reactive y cause daño. Los síntomas incluyen visión borrosa, manchas negras en el campo visual y pérdida de la visión central o periférica.
Otras infecciones oculares que pueden afectar a los pacientes con SIDA son la toxoplasmosis o la sífilis, así como los virus del grupo herpes, que si no se tratan adecuadamente pueden resultar en daños permanentes en la visión.
También es común observar casos de retinopatía por VIH, una condición que afecta hasta al 70% de los pacientes con SIDA. Se manifiesta con pequeñas hemorragias o manchas algodonosas en la retina, que reflejan daño en los vasos sanguíneos de esta región. Aunque esta afección no siempre causa pérdida significativa de la visión, puede indicar un estado avanzado de la enfermedad.
El tratamiento de las patologías oculares asociadas al SIDA ha mejorado significativamente con la llegada de la TARGA. Esta terapia reduce la carga viral del VIH y fortalece el sistema inmunológico, lo que disminuye la incidencia de infecciones oportunistas. En muchos casos, las condiciones oculares como la retinitis por CMV, pueden controlarse con medicamentos antivirales específicos, que se administran tanto de forma oral como mediante inyecciones intraoculares. De todas formas, sigue siendo esencial un seguimiento ocular regular en estos pacientes, especialmente aquellos con sistemas inmunológicos gravemente comprometidos, para prevenir y tratar oportunamente cualquier complicación ocular.
Dra. Maria José Capella, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer