Técnicas de cirugía refractiva láser #16
11/06/2025
13/06/2025
El ojo vago o ambliopía es el motivo más frecuente de pérdida de visión en niños en los países desarrollados y se estima que afecta a un 4 % de la población escolar, porcentaje que sigue siendo elevado teniendo en cuenta que se trata de una patología reversible en la mayoría de los casos con un diagnóstico y tratamiento precoz.
El ojo vago es la disminución de la capacidad visual de uno o ambos ojos por falta de uso durante el período de aprendizaje visual. Al nacer, el sentido de la vista no está desarrollado por completo. La maduración de la visión requiere de un largo aprendizaje que se inicia en el nacimiento y finaliza a los 8-9 años aproximadamente, siendo los 4 primeros los de mayor plasticidad y progresión. Es una patología que se origina en la infancia pero que si no se diagnostica y trata a tiempo persistirá en la edad adulta.
Cualquier defecto que provoque mala visión de uno o ambos ojos en esta etapa puede desembocar en ojo vago Las principales causas de ambliopía en niños incluyen:
En muchos casos, al ver bien por uno de los dos ojos, el niño no presenta sintomatología y se desenvuelve con total normalidad, por lo que la ambliopía no se diagnostica hasta que el paciente realiza una revisión rutinaria. Sin embargo, existen una serie de signos y síntomas que pueden alertar a familias, profesores y cuidadores sobre la presencia de algún problema ocular:
Si detectamos alguno de estos signos es muy importante acudir al oftalmólogo especialista para descartar la existencia de patología ocular.
La posibilidad de recuperación del ojo vago es alta si se diagnostica y trata antes de los 4 años, edad a partir de la cual disminuye progresivamente, siendo prácticamente nula a partir de los 9-10 años. Lo que no aprendemos a ver en los primeros años de la vida, no se va a recuperar posteriormente en la edad adulta. Es por ello que todos los niños, a pesar de no presentar síntomas, deberían realizar una exploración oftalmológica completa por parte del especialista a los 2-3 años de edad.
Para el tratamiento de la ambliopía el primer paso es identificar la causa y corregirla. Si existe un defecto refractivo, debemos corregirlo con gafas o lentes de contacto, si hay un obstáculo visual o causa orgánica (catarata, ptosis palpebral…) puede ser necesario realizar cirugía para eliminarla, si el paciente presenta estrabismo, en ocasiones es preciso realizar tratamiento quirúrgico del mismo.
Una vez detectada la causa, trataremos el ojo vago. Para ello la medida más efectiva hasta la fecha, demostrada por estudios científicos, es la oclusión del ojo sano mediante un parche. El tiempo y horario de la oclusión variarán en función del grado de ambliopía, la causa de la misma y la edad del niño. Existen alternativas al tratamiento de oclusión que englobamos bajo el término de penalización, y que consisten en provocar una visión borrosa en el ojo sano. La penalización puede ser óptica (mediante una o graduación inexacta o filtro en el ojo sano) o farmacológica (instilando un colirio llamado Atropina que dilata la pupila y bloquea el músculo de enfoque en el ojo sano)
Detectar y tratar el ojo vago a tiempo es fundamental para evitar problemas visuales en el futuro. No actuar a tiempo puede condenar al niño a tener un ojo vago de por vida, por lo que es vital el diagnóstico precoz. Nunca es pronto para una primera revisión, mientras que en ocasiones sí puede ser demasiado tarde.
Dra. Idoia Rodríguez Maiztegui, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer
Charlamos con nuestra optometrista pediátrica Susana Escalera, que recibe en su consulta unos 30 niños al día. De su experiencia y habilidades depende que la visión de estos mini pacientes, algunos de los cuales son aún bebés, sea revisada de forma satisfactoria. Parece una tarea sencilla pero no lo es en absoluto.