Cómo se transmite la toxoplasmosis
10/12/2025
05/12/2025
Añadir frutas cítricas (naranja, kiwi, limón, etc.) ricas en vitamina C, nos permite aumentar la producción de glóbulos blancos. Las verduras de hoja verde, como espinaca, acelga y kale aportan hierro, ácido fólico y antioxidantes que apoyan la regeneración celular. Verduras como el brócoli, la coliflor y el pimiento rojo, son excelentes fuentes de vitaminas A, C y E, y fibra.
El ajo, la cebolla y el jengibre tienen compuestos que ayudan a combatir bacterias y virus, además de reducir la inflamación. La cúrcuma, gracias a la curcumina, actúa como antiinflamatorio natural. Los pescados grasos (salmón, atún, sardina, etc.) aportan omega 3, que nos ayudan a modular la respuesta inflamatoria. Las legumbres, carnes magras y huevos son fuentes de proteína y zinc, indispensables para la formación de anticuerpos.
Los yogures naturales, kéfir y otros fermentados fortalecen la microbiota intestinal, que es una primera línea de defensa contra patógenos. Las nueces, almendras, semillas de girasol y calabaza aportan vitamina E, zinc y selenio, poderosos antioxidantes que protegen las células inmunitarias.
Complementar una alimentación balanceada con las características comentadas, junto a una buena hidratación, ejercicio moderado, control del estrés y cuidar la calidad del sueño, es fundamental para mantener el sistema inmune en óptimas condiciones.