¿Funciona el ácido hialurónico para quitar las ojeras?
30/06/2025
13/05/2025
El glaucoma es una enfermedad ocular crónica que deteriora progresivamente el nervio óptico y puede llevar a una pérdida irreversible de la visión si no se detecta y trata a tiempo.
Aunque su causa principal suele ser una presión intraocular (PIO) elevada, existen otros muchos factores que influyen en su aparición. Conocer los factores de riesgo del glaucoma es esencial para identificar si formas parte de la población con mayor probabilidad de desarrollarlo.
Aunque cualquier persona puede desarrollar glaucoma, algunos perfiles presentan un riesgo significativamente mayor. La probabilidad aumenta con la edad, especialmente a partir de los 40 años. También están en riesgo quienes tienen antecedentes familiares directos con glaucoma, ya que existe un componente genético importante.
Otras condiciones oculares como la miopía o hipermetropía elevadas, así como enfermedades sistémicas como la diabetes o la hipertensión arterial, pueden predisponer al desarrollo de esta patología. El uso prolongado de medicamentos corticoides, traumatismos oculares y ciertas alteraciones anatómicas del ojo también se han asociado a un mayor riesgo.
El glaucoma se produce principalmente por un desequilibrio entre la producción y el drenaje del humor acuoso, el líquido que circula dentro del ojo. Si el humor acuoso no se drena correctamente, aumenta la presión ocular y se dañan las fibras del nervio óptico. Este daño es gradual, silencioso y no produce síntomas evidentes hasta fases avanzadas.
Aunque no se puede prevenir el glaucoma en sentido estricto, es posible minimizar su impacto con una detección precoz. Por ello, es fundamental que las personas con factores de riesgo acudan a revisiones oftalmológicas periódicas, donde se evalúa la PIO, el nervio óptico y el campo visual.
Entre las pruebas habituales se incluyen:
La detección temprana es crucial, ya que permite iniciar tratamientos que pueden frenar la progresión del glaucoma y preservar la visión funcional del paciente durante muchos años.
En sus fases iniciales, el glaucoma no presenta síntomas. Por eso, muchas personas no saben que lo padecen hasta que ya ha producido un daño significativo. Algunas señales de alerta en fases avanzadas pueden incluir visión en túnel, dificultad para ver de noche, halos alrededor de luces o pérdida de visión lateral.
Ante cualquier duda o si perteneces a un grupo de riesgo, es recomendable realizar una evaluación oftalmológica completa. Solo así podrá establecerse un diagnóstico precoz y comenzar un tratamiento personalizado.
En conclusión, comprender los factores de riesgo del glaucoma es clave para actuar a tiempo. Si te preguntas cómo saber si tienes glaucoma, el primer paso es una visita al oftalmólogo. La vigilancia regular es la mejor herramienta para proteger tu visión.
Dra. Marta Mármol, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer
El glaucoma es conocido como la patología ocular silenciosa ya que hasta estadios avanzados no presenta síntomas, haciendo complicada su detección y, por lo tanto, retrasando la aplicación de un tratamiento efectivo. Según la Organización Mundial de la Salud en el mundo existen unos 60 millones de personas que padecen esta patología irreversible del nervio óptico, cifra que puede seguir aumentando en los próximos años según las previsiones. En el último capítulo de este año hablamos sobre esta patología con el doctor Francisco Ruiz Tolosa, coordinador del departamento de glaucoma del Centro de Oftalmología Barraquer.