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13/11/2024
04/04/2022
El sistema óptico de nuestros ojos es el que nos permite ver, y, sin embargo, sus propias peculiaridades y algunas patologías pueden causarnos molestias ante la luz. Cuando esta sensación es incapacitante se denomina fotofobia. Nuestro ojo cuenta con diferentes partes que ayudan a dirigir la luz hacia la retina: la córnea, el iris y el cristalino.
Cualquier anomalía en ellas puede hacer que los rayos luminosos se distorsionen, generando molestias. El iris es un caso particular, ya que, a pesar de estar plenamente sano, puede dar problemas. Esto es debido a que los colores de ojos más claros o pupilas más grandes son propensos a padecer este molesto síntoma. Situaciones tan comunes como el estrés también pueden producir que nuestras pupilas estén más abiertas de lo normal. Además, existe diferente sensibilidad a la luz según las personas, a pesar de que tengan exactamente la misma anatomía y estén sometidas a las mismas condiciones ambientales. Esta situación probablemente se deba a características psicológicas y neurológicas.
Enfermedades
Existen algunas enfermedades que provocan una mayor sensibilidad a la luz. Quizás las más comunes sean la queratitis, las cataratas y la inflamación interna del ojo, entre otras.
▶ Las queratitis son afecciones de la superficie ocular, específicamente de la córnea. Existen de diferentes tipos, siendo habituales las inflamatorias e infecciosas, o incluso aquellas motivadas por sequedad ocular o por daño físico, como ocurre a veces con las lentillas.
▶ Las cataratas se producen por la pérdida de transparencia del cristalino, que es la lente natural que permite que veamos en la lejanía y la lectura a corta distancia antes de que llegue la vista cansada. En estos casos, la sintomatología es variada, pero muchos de nuestros pacientes se quejan de fotofobia en algunas condiciones específicas de luz como, por ejemplo, en la conducción nocturna.
▶ La inflamación interna del ojo se manifiesta de diversas formas y por muchos motivos. Es una situación que denominamos uveítis y que tiene como común denominador la miosis o empequeñecimiento de la pupila, la fotofobia y la pérdida visual. Sus causas son muy variadas y suelen requerir un buen diagnóstico. La sensibilidad a la luz se puede mitigar con gafas de sol cuando no existe patología y cuando la hay, se debe realizar un buen examen ocular con su correspondiente tratamiento.
Dr. Jose Lamarca, oftalmólogo del Centro de Oftalmología Barraquer
En verano solemos exponer nuestros ojos a una gran cantidad de riesgos como los rayos nocivos del sol, el contacto con el agua y la práctica de algunos deportes que requieren una protección ocular adecuada. El doctor Andrés Picó te ofrece las pautas para disfrutar de las vacaciones con garantías para tus ojos.