¿En qué consiste el tratamiento?

Los neuromoduladores son proteínas derivadas de una bacteria que causa el botulismo, provocando una parálisis transitoria de los músculos.

Se utiliza en medicina en varias especialidades, como pueden ser la neurología, la estética y la oftalmología.

¿Cuándo está indicado este tratamiento?

En el ámbito de la oftalmología, la usamos en determinadas patologías como pueden ser, algunos casos de estrabismo, en casos de blefaroespasmo (enfermedad en la que los ojos se cierran de forma involuntaria) y en cosmética para rejuvenecer estéticamente la mirada tratando las arrugas perioculares, frontales, y entrecejo.

Respecto al estrabismo, se utiliza en parálisis oculomotoras en fase aguda para minimizar la contractura del músculo antagonista del ojo afectado y en fases crónicas en los casos en que quede una pequeña desviación residual del ojo. En las intervenciones quirúrgicas de estrabismo también se utiliza como complemento en determinados casos.

El blefaroespasmo, es una patología crónica, que no se sabe bien la causa, en la cual los pacientes no pueden evitar cerrar los parpados a forma de “tic” y no los pueden abrir hasta que acaba ese “tic”. A menudo, duran segundos en los cuales el paciente no ve y por lo tanto no puede hacer una vida normal, afectando no solo a estos breves instantes de “ceguera” sino también en su relación con los demás a nivel familiar, social y laboral. La administración de toxina botulínica en estos casos es el tratamiento de elección.

En cosmética, la toxina botulínica actúa sobre las arrugas dinámicas, que son aquellas que se hacen evidentes al contraer los músculos. Las patas de gallo, el entrecejo o en la frente.

¿Cómo se realiza?

El tratamiento con neuromoduladores es un procedimiento muy sencillo.

En los casos de blefaroespasmo, tratamiento cosmético y en caso de parálisis oculomotoras se realiza de forma ambulatoria. Consiste en inyecciones de toxina botulínica en el músculo a tratar, distribuidas en función del caso y patología.

El procedimiento es indoloro porque previamente se aplica en las áreas de punción una crema anestésica en la piel en caso de blefaroespasmo y estética, y en las parálisis con la instilación de gotas anestésicas. La inyección de la toxina la realizamos en menos de cinco minutos y el paciente se va de la consulta por su propio pie al finalizar.

En casos de precisar toxina como complemento de una cirugía de estrabismo dependiendo de la complejidad del caso y la edad del paciente se puede hacer con anestesia local o general, en ambos casos de carácter ambulatorio.

Resultados

El efecto de los neuromoduladors se aprecia a la semana y, como cualquier otro medicamento, tiene una vida media que oscila entre los 3 y 6 meses de duración, dependiendo de cada caso.

Debido a esto, los pacientes que se tratan con neuromoduladores deben acudir al oftalmólogo para su aplicación dos o tres veces al año.

Posibles riesgos

El tratamiento con estos neuromoduladores está contraindicado en pacientes con hipersensibilidad a estos o en caso de infección en la zona de punción. También, se consideran contraindicaciones relativas (no aconsejable) en caso de embarazo, si la madre está en periodo de lactancia o si el paciente toma algún medicamento que interfiera la transmisión neuromuscular.

Se trata de un fármaco muy seguro que no suele presentar efectos adversos. Algún efecto local transitorio se puede presentar, pero son poco frecuentes y de fácil solución, como podría ser el enrojecimiento o pequeña inflamación en la zona de punción .En este caso, sólo con la aplicación de frío local sería suficiente.

Si hay algún efecto no deseado a los neuromoduladores es transitorio.

Por todo lo expuesto, podemos afirmar que es un procedimiento seguro y efectivo tanto para el tratamiento de las patologías expuestas como para buscar efecto cosmético.

Profesionales que realizan este tratamiento

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