Lentes intraoculares ICL: una opción segura y eficaz para corregir tu visión
22/07/2025
23/07/2025
El ojo lloroso o lagrimeo constante, también conocido como epífora, es una molestia frecuente que puede afectar la calidad de vida. Aunque a menudo se asocia con emociones o alergias o irritaciones temporales, en muchos casos tiene una causa anatómica relacionada con el sistema de drenaje lagrimal.
En condiciones normales, las lágrimas se producen para mantener la superficie ocular hidratada. Una vez han cumplido su función, drenan hacia la nariz a través de la vía lagrimal, un sistema que inicia en el punto lagrimal —una pequeña abertura localizada en el párpado inferior— y se conecta con la cavidad.
Cuando este proceso se ve alterado, o bien por un exceso en la producción de la lágrima o bien una alteración del drenaje de la vía lagrimal, las lágrimas no se eliminan correctamente y se derraman por la mejilla.
Una de las causas más comunes del lagrimeo persistente es el estrechamiento del punto lagrimal. Si este conducto tiene un calibre muy reducido, el flujo de lágrima no puede entrar en su totalidad y mucha lágrima se acumula en el borde del párpado y termina desbordándose.
Otra causa frecuente es la mala posición del punto lagrimal, que debe estar en contacto estrecho con el globo ocular para funcionar correctamente. Cuando este punto se aleja del ojo —una condición conocida como ectropión del punto lagrimal— las lágrimas no encuentran su salida natural y terminan cayendo por la mejilla.
Este desplazamiento puede generar una acumulación visible de lágrimas en el borde del párpado, lo que aumenta la sensación de molestia y humedad constante.
Aunque el lagrimeo continuo puede ser incómodo, en la mayoría de los casos no representa una enfermedad grave. Existen tratamientos efectivos médicos y/o quirúrgicos que pueden resolver el problema.
En caso de que la causa sea un estrechamiento del punto lagrimal, el tratamiento más habitual es un tratamiento quirúrgico ambulatorio con anestesia local y poco agresivo, donde se logra abrir el calibre del punto para que de esa forma pueda drenar más cantidad de lágrima.
En caso de que la causa sea el ectropión del punto lagrimal es una cirugía ambulatoria que realizamos bajo anestesia local y sedación. En ella, el oftalmólogo reposiciona el punto lagrimal en su sitio y tensa el párpado para dar mayor estabilidad al mismo y de esa forma se restablece el drenaje adecuado de la lágrima hacia la nariz.
Ambos procedimientos suelen tener una recuperación rápida, con una alta tasa de éxito y una mejora muy importante del lagrimeo.
El lagrimeo constante puede parecer un problema menor, pero cuando interfiere con la vida diaria, conviene buscar su causa y tratamiento. Existen muchas otras causas del lagrimeo constante, por ello recomendamos una valoración por un especialista para un adecuado diagnóstico y tratamiento. Identificar alteraciones en el sistema de drenaje lagrimal y corregirlas de forma adecuada, muchas veces con intervenciones menores, permite recuperar el confort ocular y evitar molestias innecesarias.
Dra. Sandra Planella, oftalmóloga del Centro de Oftalmología Barraquer