¿Qué es el glaucoma congénito?

Es el glaucoma que afecta a bebés y niños de corta edad. Es una enfermedad infrecuente que puede ser hereditaria, y es debida al desarrollo incompleto o deficiente del sistema de drenaje del humor acuoso, antes del nacimiento. La imposibilidad de la salida del humor acuoso aumenta la presión en el interior del ojo, provocando los síntomas y dañando el nervio óptico.

Habitualmente se diagnostica al nacimiento o durante el primer año de vida. Si el glaucoma comienza antes de los 3 años de edad se denomina glaucoma del lactante o congénito (presente al nacer). Si aparece en un niño de más de 3 años se denomina glaucoma infantil.

Síntomas

Los síntomas de glaucoma infantil suelen detectarlos los padres, los niños presentan ojos abultados y más grandes, o un ojo más grande que el otro, el ojo aparece opaco o blanquecino y el niño presenta intolerancia a la luz (fotofobia), lagrimeo (epífora) y tienden a cerrar los ojos.

Causas

Existen diversas causas del glaucoma infantil. Puede ser hereditario (glaucoma congénito primario) o presentarse asociado a otros trastornos oculares o sistémicos (glaucoma congénito secundario).

Tratamientos

La cirugía puede corregir en muchos casos la imposibilidad de salida del humor acuoso del interior del ojo. En ocasiones es necesario recurrir a medicamentos, para disminuir la presión del ojo, hasta que se realiza la cirugía o después de realizarla para alcanzar presiones adecuadas.

Los tratamientos médicos pueden ser tópicos (gotas oftálmicas) y medicamentos orales. La cirugía puede ser mediante microcirugía o mediante láser. Es muy importante comenzar lo antes posible.

En el glaucoma congénito primario, existe una alteración genética heredada de los padres, con lo que la prevención no es posible. Únicamente se puede recurrir al estudio genético, planificando los embarazos, con técnicas de reproducción asistida y seleccionando los embriones que no presenten estas alteraciones congénitas.

Los glaucomas congénitos secundarios pueden tener también un origen genético, asociado en este caso a otras enfermedades. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado puede ayudar a prevenir o controlar su evolución.

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