¿Qué es un edema macular?

La mácula es la zona central de la retina o fondo de ojo y es el punto de máxima visión. La integridad de la mácula permite disfrutar de una visión central nítida, distinguir los detalles, leer y reconocer, por ejemplo, la cara de las personas.

El edema macular es una patología frecuente y consiste en un acúmulo anómalo de líquido o “encharcamiento” en la zona de la mácula por una alteración en la permeabilidad de los vasos sanguíneos que la irrigan.

Síntomas

Suele manifestarse de manera indolora, con visión central borrosa, distorsión u ondulación de las imágenes, alteración en los colores (apariencia desteñida o diferente) y dificultad para leer.

Causas

Existen diferentes patologías oculares que pueden provocar un edema macular, entre las que destacan: la retinopatía diabética (la más frecuente), trombosis u oclusiones venosas, uveítis (inflamación intraocular), postoperatorio de una cirugía ocular, distrofias de la retina como la retinosis pigmentaria, degeneración macular asociada a la edad, tumores intraoculares, fenómenos traccionales como la membrana epirretiniana (tejido que crece en la superficie de la mácula y altera su morfología normal) e incluso en relación al uso de determinados colirios de uso tópico para el tratamiento del glaucoma (análogos de las prostaglandinas).

Tratamiento

Existen diferentes opciones para tratar el edema macular, en función del paciente y de la causa del edema, así como del grado de severidad del mismo. Es fundamental individualizar el mejor tratamiento para cada caso.

En algunos casos puede ser suficiente el uso de colirios antiinflamatorios. Otra forma de tratamiento se basa en las inyecciones de fármacos tanto en la zona periocular (alrededor del globo ocular) como a nivel intraocular (inyectando el medicamento en el interior del ojo). Estos fármacos, que pueden ser corticoides o antiangiogénicos, actúan localmente sobre la mácula para reducir su inflamación y la extravasación de fluido. La fotocoagulación con láser también resulta de utilidad para tratar algunos casos de edema macular “sellando” los puntos por los que se producen los escapes de fluido. Finalmente, en algunos casos puede ser preciso realizar una intervención quirúrgica de vítreo-retina para tratar edemas maculares de tipo traccional, en los cuales existe algún tejido en la superficie de la retina responsable de la alteración en la mácula.

Prevención

Las diferentes estrategias de prevención dependerán de la causa que origine el edema macular.

Las personas con diabetes deben incidir en un buen control metabólico y de su glucemia, teniendo en cuenta que esta complicación puede aparecer en cualquier fase de la retinopatía diabética y no solo en estadios avanzados. 

Dado que el edema macular está asociado en muchos casos a patologías vasculares, también se recomienda adoptar hábitos de vida saludables (alimentación sana, práctica regular de ejercicio…) que eviten factores predisponentes como la hipertensión arterial y el exceso de colesterol.

Asimismo, para evitar un deterioro irreversible de la mácula, es importante realizarse controles oftalmológicos periódicos que permitan estudiar exhaustivamente el fondo de ojo y sus vasos sanguíneos para detectar de forma precoz cualquier anomalía. En este sentido, se aconseja una revisión anual a pesar de no tener síntomas.

 

Profesionales que tratan esta patología

Preguntas frecuentes

  • El método clínico más habitual para determinar la presencia o no de edema macular es la exploración clínica con la lámpara de hendidura con la pupila dilatada.  Sin embargo, a menudo es necesario recurrir a pruebas complementarias de imagen como la tomografía de coherencia óptica, que permite valorar alteraciones en el espesor o morfología de la mácula con muy alta definición y nos permite hacer un seguimiento de la respuesta al tratamiento. La angiografía fluoresceínica, en la que se inyecta un contraste por vía endovenosa y se toman fotografías del fondo de ojo, también es una prueba útil para evaluar el estado circulatorio de la retina y poder estudiar las causas del edema macular.

  • En general, estos casos tienen buen pronóstico. Gran parte de estos pacientes suelen mejorar simplemente con la instilación de colirios antiinflamatorios, desapareciendo por completo el edema macular en pocas semanas. Los casos que no responden al tratamiento tópico con gotas, en general responden bien a las inyecciones de corticoides locales con una recuperación visual notable y buen pronóstico.

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